Unbecoming

Cuando la vida dice ¡BASTA!
y te sacude tan hondo que no ves más remedio que despertar de un sueño largo, antiguo, profundo...
Te preguntas: ¿Quién soy?
Y te descubres en un cuerpo que apenas siente,
con una respiración tan corta que apenas sostiene la vida,
atrapada en estructuras rígidas, en roles que cargas con devoción,
pero que pesan como una roca.

Y sientes, con todo tu ser, el deseo de soltarlo todo,
de liberarte de cada atadura, de cada máscara.
Pero no es tan sencillo.
Porque detrás de cada rol habita un miedo:
miedo a perderte, a descomponerte,
a disolverse en ese vacío donde no queda nada.
Nada que amar.
Nada que aceptar.
Nada que te otorgue valor o derecho a existir.

Pero ya empiezas a ver la mentira.
Y el peso de esa ilusión se vuelve más insoportable que el propio miedo.
Entonces, por fin, respiras hondo, muy hondo,
y comienzas a romper esas viejas estructuras,
capa por capa, rol tras rol,
dejando atrás cada identidad,
hasta convertirte, poco a poco, en nadie.

Y en este camino no te queda más que confiar.